HISTORIA



Somos, Álvaro y Pablo, dos hermanos santanderinos que hace dos años tenían un trabajo estable fuera de Cantabria y ahora fabrican conservas de pescado. Ahora ya no hay marcha atrás. Ilusión y sacrificio. Horas y horas y después más horas. No hay secretos.

LA LLAMADA DEL MAR


Después de un periplo de casi una década fuera de nuestra tierra, estudiando, viviendo, trabajando, absorbiendo… en definitiva, llenando la mochila de experiencias, recibimos la llamada del Mar Cantábrico y como no podía ser de otra manera acudimos a ella. Y nos involucramos en este proyecto vital y familiar que nos llena y regresamos al terruño, como atraídos por un imán, rebelándonos ante la idea de que es necesario emigrar a otras latitudes para prosperar y ganarse la vida. Queremos que sea aquí donde crezcan nuestros hijos porque aquí lo hicimos nosotros y porque no hay lugar más bonito para desarrollar una idea y convertirla en realidad.

La llamada del mar

INNOVACIÓN EN LA TRADICIÓN


Desde Alalunga queremos enlazar la más pura tradición conservera, aferrada al norte de la península desde el siglo XIX, con las posibilidades que nos brindan las nuevas tecnologías culinarias y así desarrollar los productos más exquisitos con todo el sabor del mar. Pescados que nunca antes se habían metido en una lata, guisos marineros de gran tradición que sólo se pueden disfrutar en sus lugares de origen. ¡Eso no es justo! Nuestras conservas son el resultado de muchos meses de investigación buscando la perfección. Y queremos conquistar el mundo con el sabor de nuestro mar porque lo tienen que saber todos, todos se tienen que enterar de que hablar de conserva es hablar de Alalunga.

Innovación en la tradición